viernes, 20 de septiembre de 2013

Seis meses "de perros"


He visto. Caer durante tres días seguidos una tormenta de agua, sobre diez Ángeles acurrucados helados de frío.
He visto. Un perro grande muerto, tirado en un contenedor de basura.
He visto. Como gente, tiraba piedras a un perro enfermo para que no se les acercara.
He visto. Dos perros de caza, infestados de garrapatas y completamente en los huesos.
He visto un perro jovencito a la orilla de la carretera, corría detrás de cualquier coche que pasaba, ya fuera en una dirección u otra.
He visto. A un perro abandonado beber tanta agua, que apenas podía andar después.
He visto. Tres perros grandes y hermosos muertos, debajo de un almendro.
He visto. A una perrita a punto de parir, andando tranquilamente por el medio de la carretera, transportando una bolsa de basura en la boca.
He visto. Dos cachorritos, deambulando de arriba abajo por un camino rural.
He visto. Una bolsa de plástico cerrada donde se movía algo, un gatito recién nacido junto a sus tres hermanos muertos.
He visto un perro de tamaño pequeño, andando por medio de la carretera con un palmo de lengua fuera, a las 13’33 h. en el mes de Agosto cayendo un sol de justicia.
He visto. Como alguien, echaba aceite de motor en el agua donde bebían seis perros abandonados.
He visto. Un perro grande y precioso atropellado, muerto en una carretera.
He visto. Cinco crías de perro agonizando, tiradas en el campo con el cordón umbilical todavía.
He visto. Como desaparecía un joven podenquito abandonado, flaco y enfermo, del mismo lugar donde alguien decía que le iba a pegar un tiro porque no se iba de su terreno.
He visto. Como alguien, le quitaba a un perro de la calle un collar antiparasitario nuevo.
He visto. Como un indeseable llevaba a la perrera a su perro (adoptado) y pagaba por deshacerse de el, un precioso perro de tamaño mediano cariñoso y dócil, porque según el, tenía garrapatas y era grande.
He visto. A una madre dentro de un contenedor buscando comida, mientras sus cachorrillos esperaban nerviosos mirando hacia arriba.
He visto. Como gente adulta, destrozaba los bebederos de unos pobres perros, tirando el agua y pisoteando la comida día a día hasta fundirla con la tierra  para que no pudiera comerse, porque no querían cerca de sus chalets perros vagabundos, pues los suyos ladraban al verlos.
He visto. A un perro flaco y viejo andando lentamente por la calle, tenía una tristeza en la mirada que helaba el alma.
He visto. Perros jóvenes, fuertes, preciosos, llenos de salud, que en poco tiempo a causa de vivir en la calle, se han ido deteriorando, envejeciendo, enfermando, hasta no parecer el mismo perro de tres meses atrás.

Y cada vez que veo algo así. La impotencia me invade y mi corazón se muere un poco más.
Y cada vez que veo una persona así. Me revelo y me avergüenzo de pertenecer a esta especie
Y cada vez que veo una injusticia así. Me alejo cada día más del mal llamado, (ser) “Humano”

Sirio-Can mayor

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